La pandemia de la COVID ha acelerado muchos de los procesos de cambio que se estaban produciendo en el mercado laboral. Los consumidores cada vez demandan empresas más comprometidas en el medio ambiente, en el bienestar de los trabajadores y trabajadoras, en el fomento del equilibrio entre la vida personal y profesional, en el compromiso con causas sociales… Y han sido las empresas socialmente responsables y con un propósito claro las que han salido realmente reforzadas de esa situación.

Nos encontramos en un contexto de muchos cambios y las áreas de gestión de personas de las empresas deben liderar el proceso de transformación de sus equipos para poder adaptarse. Y uno de los puntos fundamentales es la selección de personal. Será clave que las empresas sean capaces de contratar minimizando los errores, identificando de forma muy cuidadosa las características de las vacantes y analizando rigurosamente las potenciales candidaturas que entrevistan.

Tradicionalmente, el proceso de selección de personal se ha fundamentado en una valoración de las competencias y de la experiencia de cada una de las candidaturas, dejando en un segundo plano otras cuestiones sumamente importantes como lo son los valores, el encaje con la cultura de la organización y el potencial.

La selección por valores permite conocer lo que hace realmente auténtica y única una persona: sus valores, su propósito y sus aspiraciones. Los valores nos guían en nuestro día a día para tomar decisiones y actuar, y debemos ser capaces de identificarlos para saber si las candidaturas están realmente alineadas con la organización y su cultura.

El encaje entre los valores de la persona y los de la organización hace que haya mayor sentido de pertenencia, más motivación y que se incremente el rendimiento de los equipos.

Consecuentemente, los valores son una herramienta estratégica de cambio para transformar a las empresas y sus trabajadores en organismos alineados y comprometidos hacia un mismo propósito. Los departamentos de gestión de personas deben dar un paso más en la selección de personal, para asegurarse la contratación de candidaturas que, además de las competencias y experiencia profesional, compartan el propósito y la cultura de la organización.