Digitalización y sostenibilidad

Tras dos años de crisis sanitaria y ante la flagrante necesidad de recuperación económica, los expertos coinciden en que la fórmula digitalización y sostenibilidad es la mejor para esa recuperación. Así pues, se nos ofrece la oportunidad de crear una nueva economía que ponga en el centro la innovación y el respeto por el medio ambiente.

Las ayudas económicas europeas están vinculadas a la sostenibilidad y la digitalización y el mundo financiero advierte del riesgo del cambio climático para la economía. Ante estas realidades, el tejido empresarial debe sumarse a la transición ecológica y a la digitalización para hacer Europa competitiva en los mercados internacionales.

La digitalización, factor clave de este binomio, se ha convertido en un proceso esencial por el que deben pasar los negocios si quieren mantener su competitividad. Saber cómo incorporar las nuevas tecnologías es clave para garantizar la supervivencia y el crecimiento empresarial. Y es que una verdadera transformación digital va más allá de realizar inversiones esporádicas en soportes digitales, y de crear una página web o renovarla. Una transformación digital en serio implica una renovación profunda de la cultura corporativa, al igual que el compromiso sostenible debe demostrarse con proyectos sólidos, con contenido y credibilidad, huyendo de acciones pseudo-sostenibles que no llevan a ninguna parte y restan competitividad . La digitalización, pues, no es un medio, sino una aliada en este reto y es que la revolución sostenible necesita de la digital y viceversa.

Este reto al que se enfrentan las empresas para transformar su tejido productivo hace necesaria la cooperación de todos los agentes económicos y sociales, movilizar inversión sostenible y desarrollar nuevas tecnologías, y para que esto sea posible los estados deben invertir en sostenibilidad, ya que es la carrera por la sostenibilidad y la digitalización la que determinará nuestra capacidad competitiva y nuestro bienestar.

En estos dos últimos años de pandemia, nadie puede obviar que el mundo ha cambiado y que lo está haciendo a una velocidad de vértigo. La digitalización es, pues, un imperativo, un factor clave para afrontar el camino hacia una economía circular y sostenible que nos haga ricos en recursos, que cree valor, nuevos modelos de negocio y soluciones adaptadas al nuevo entorno y que haga frente a los retos ambientales pendientes. Aspectos de la tecnología como la emisión de gases, la transformación de la tradicional industria en una industria 4.0, la apuesta por la movilidad segura y sostenible, el fomento del teletrabajo o el reciclaje de residuos tecnológicos son sólo algunos de los aspectos que la digitalización puede favorecer. Las empresas deben estar preparadas para afrontar los retos que comporta la digitalización y sus usuarios capacitados para trabajar en un entorno digitalizado porque el que no siga este camino, se quedará fuera.